Durante años, Temu y Shein se ganaron el corazón (y las billeteras) de millones de consumidores, cambiando lo que se conocía del comercio electrónico, en especial en Estados Unidos gracias a su fórmula mágica: productos modernos, gran variedad y, sobre todo, precios increíblemente bajos. Pero algo cambió de la noche a la mañana. De repente, las ofertas irresistibles empezaron a desaparecer, aumentaron los aranceles y los precios comenzaron a dispararse.

La razón detrás de este cambio drástico no es ningún misterio.
Estamos ante un verdadero ‘terremoto comercial’, originado por una serie de políticas arancelarias impulsadas por Donald Trump. Aunque su objetivo principal era proteger la producción nacional, estas medidas han desencadenado un efecto dominó que ha sacudido el comercio internacional. El fin de la exención “de minimis”, que antes permitía la importación de productos de menos de $800 dólares sin aranceles, y la imposición de tarifas de hasta un 145% sobre las importaciones chinas, alteraron por completo el paisaje del comercio electrónico de bajo costo.
El impacto ha sido inmediato y brutal. Desde un set de toallas que ahora cuesta casi cuatro veces más hasta incrementos promedio del 30% al 50% en categorías clave como cocina, belleza y moda, los consumidores se enfrentan a una nueva realidad donde las grandes ofertas y precios bajos han desaparecido. Además, está transformación no solo afecta a los usuarios de Temu y Shein, sino que refleja una tendencia mayor: nuevos hábitos de consumo, el regreso de marcas locales y el auge de lo reutilizable.
Veremos cómo empezó todo, por qué el impacto ha sido tan fuerte y qué implica este cambio para los consumidores, el futuro del e-commerce y las relaciones entre dos potencias globales.
¿Qué está pasando con Temu y Shein en EE.UU. y su aumento de precios?
Hasta hace poco, Temu y Shein representaban una auténtica revolución en las compras en línea: precios bajos, entregas rápidas y una variedad de productos capaz de competir con cualquier tienda física. Eran las plataformas predilectas, sobre todo para los compradores jóvenes y consumidores conscientes del precio. Pero el escenario cambió abruptamente a principios de 2025.
Desde finales de abril, miles de usuarios comenzaron a notar un aumento de precios de productos básicos. Lo que antes era una compra impulsiva y sin preocupaciones, ahora obligada a pensar dos veces antes de hacer clic en “añadir al carrito”. Productos que solían costar menos de 10 dólares ahora alcanzaban precios que duplicaban o incluso triplicaban su valor original.
La eliminación de la exención “de minimis”, que permitía importar sin aranceles mercancías por debajo de los $800 dólares, fue el primer golpe. Esta política había sido esencial para el modelo de negocios de Temu y Shein. Gracias a ella, podían ofrecer ropa, gadgets, artículos de belleza y mucho más a precios imbatibles. Sin embargo, con su desaparición, todos los productos enviados desde China empezaron a estar sujetos a altos impuestos de importación.
El efecto fue inmediato: desde el 25 de abril, las dos plataformas informaron a sus clientes sobre los ajustes de precios. Y, para el 2 de mayo, cuando la nueva política entre plenamente en vigor, el incremento se reflejará en casi todos los productos.
Además, el aumento de precios no fue el único síntoma del cambio. Se registraron caídas en el tráfico web, reducción en las descargas de sus aplicaciones móviles y una disminución en la actividad de compra semanal, signos claros de que el modelo de negocios de Temu y Shein está bajo fuerte presión en Estados Unidos.

La guerra comercial Trump-China: el detonante de todo
Para entender el fenómeno actual, es imposible ignorar el contexto más amplio: la intención de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Lo que empezó como una serie de ajustes menores en la política comercial se transformó, bajo la administración de Donald Trump, en una ofensiva económica de gran escala.
En el mismo mes, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas que reconfiguraron por completo las reglas del comercio internacional. La medida más devastadora para plataformas como Temu y Shein fue la eliminación de la exención “de minimis”. A partir de entonces, todos los paquetes procedentes de China, sin importar su valor, enfrentan aranceles de importación que pueden llegar hasta un 145%.

Además, se introdujo una tarifa mínima de $100 dólares por envío postal, aumentando aún más la presión sobre productos de bajo costo. Estas políticas no solo encarecen las importaciones, sino que también alteran el comercio global, impulsando el desacoplamiento, una estrategia para reducir la dependencia económica de China.
El objetivo declarado de Trump era claro, proteger la industria nacional, equilibrar el déficit comercial con China y fomentar la producción local. Sin embargo, los efectos secundarios de estas medidas han sido igualmente poderosos. Al trasladarse los costos a los importadores, estos a su vez los trasladan a los consumidores, generando presiones inflacionarias en varios sectores de la economía estadounidense.
Más allá del golpe económico, esta guerra comercial también reconfigura las cadenas de suministro globales. Empresas de todo el mundo, incluidas Temu y Shein, están buscando desesperadamente alternativas de producción en países como Vietnam, India o México para evitar los nuevos aranceles.
En el fondo, la guerra comercial no es solo un choque entre potencias, sino una transformación del comercio global que impacta hasta a quienes solo buscan ahorrar en sus compras diarias.
¿Cuánto ha aumentado en precios Temu y Shein?
Los aumentos de precios en Temu y Shein no fueron pequeños ni discretos, fueron brutales y ampliamente visibles para cualquier comprador frecuente. Desde la última semana de abril de 2025, ambas plataformas comenzaron a subir precios, sorprendiendo a su amplia base de clientes en EE.UU.
Según análisis de Bloomberg y CNN, el precio promedio de los productos más populares experimentó subidas que variaron notablemente dependiendo de la categoría:
- En productos de belleza y salud, el aumento promedio fue del 51% en apenas 24 horas.
- En artículos de hogar, cocina y juguetes, el incremento superó el 30%.
- La ropa de mujer, uno de los sectores más exitosos de Shein, registró un aumento más moderado, en torno al 8%.
- En casos extremos. como un set de 10 años de cocina, el precio se disparó en un impactante 377%.



Estos datos no son anécdotas aisladas. Representan un fenómeno masivo que afecta a toda la experiencia de compra. Lo que solía ofrecer vestidos por $5 o electrodomésticos por menos de $20, ahora enfrenta aumentos que en muchos casos compiten con marcas locales.
Además, en un contexto de alta sensibilidad al precio, especialmente entre jóvenes y personas de bajos ingresos, estos cambios ya están alterando visiblemente los patrones de consumo.
¿Por qué algunos productos subieron más que otros?
No todos los productos aumentaron igual, y esto tiene una explicación lógica que va más allá de un simple reajuste de márgenes.
La primera razón tiene que ver con el origen de los envíos. Productos que ya se encontraban almacenados en centros logísticos dentro de Estados Unidos, es decir, que ingresaron antes del cambio de normativa, pudieron mantener temporalmente precios más bajos. Sin embargo, los productos enviados directamente desde China después del 2 de mayo se verán afectados por los nuevos aranceles.
En segundo lugar, el tipo de producto también influye. Artículos voluminosos o de mayor peso—como muebles, electrodomésticos y artículos de cocina— tienen mayores costos de importación que los productos pequeños y ligeros, como accesorios de moda o maquillaje.
Por último, hay que considerar las estrategias de absorción de costos de las propias plataformas. En algunos casos, Temu y Shein han optado por absorber parcialmente los aranceles para productos estratégicos de alta demanda, como ciertos modelos de ropa o dispositivos electrónicos básicos. En cambio, para productos de menor rotación o con menor margen de beneficio, el impacto completo de los aranceles ha sido trasladado al consumidor.
Así, el mercado se vuelve más volátil: algunos precios suben desproporcionalmente, otros se mantienen relativamente estables por un tiempo, y otros incluso bajan como táctica de captación de clientes antes de nuevos aumentos.
El golpe a los consumidores de bajos ingresos
Detrás de los fríos porcentajes y los análisis de mercado, hay una realidad humana contundente: los principales afectados por esta subida de precios son los consumidores de bajos ingresos.
Hasta principios de 2025, un porcentaje considerable de las compras en Temu y Shein provenía de los códigos postales más pobres de Estados Unidos. Estudios de universidades como UCLA y Yale demostraron que el 48% de los paquetes enviados bajo la antigua exención de minimis tenían como destino estos barrios de menores ingresos. En contraste, en las zonas más ricas, esta cifra se reducía al 22%.
Para millones de familias, las plataformas como Temu y Shein representaban una solución indispensable para acceder a ropa, útiles escolares, artículos de cocina o cuidado personal a precios que su presupuesto podía manejar. Con los nuevos aranceles trasladados directamente al consumidor, esta accesibilidad desaparece.
¿Quién paga el aumento de precios real?
El impacto no es solo económico, sino también social. Un aumento de precios del 50% o más en productos básicos puede suponer para un hogar de bajos recursos la diferencia entre renovar la ropa de los niños para la escuela o no hacerlo. Además, obliga a muchas familias a optar por alternativas menos sostenibles o de menor calidad, o a reducir sus compras de forma drástica.

La política arancelaria, pensada para proteger la industria local, termina afectando de manera más severa a aquellos que ya enfrentan barreras económicas. Y esta fractura en el acceso a productos asequibles puede tener efectos a largo plazo que van mucho más allá de simples cifras en un carrito de compras.
Temu y Shein: Estrategias para sobrevivir al nuevo escenario
Ante una tormenta arancelaria de esta magnitud, Temu y Shein no se quedaron de brazos cruzados. Desde antes de que los nuevos impuestos entraran en vigor, ambas plataformas comenzaron a diseñar estrategias para amortiguar el golpe y adaptarse a un panorama mucho más hostil en el mercado estadounidense.
Una de las principales tácticas fue modificar sus cadenas logísticas. Temu, por ejemplo, implementó lo que denomina un sistema de “media custodia“: en lugar de enviar cada pedido directamente desde China a cada cliente, empezaron a enviar productos a granel hacia almacenes en Estados Unidos. Desde allí, realizan los envíos locales, evitando así, en algunos casos, los nuevos aranceles de importación directa. Sin embargo, esta estrategia no es infalible; conforme el stock almacenado se agote, será inevitable reponerlo bajo las nuevas condiciones tarifarias, aumentando los precios de manera estructural.
Por su parte, Shein tomó otro camino: diversificar su producción, Para minimizar su dependencia de China, ofreció incentivos a sus proveedores para trasladar parte de sus operaciones a Vietnam, un país que, al no estar sujeto a los mismos aranceles, se presenta como una alternativa más rentable a largo plazo.
Otra medida visible fue el drástico recorte en la inversión publicitaria en Estados Unidos. Pues Temu y Shein redujeron hasta 20% su presencia en Google Shopping, apostando por mercados emergentes como Brasil.

Estas maniobras muestran que, aunque el golpe ha sido severo, las dos plataformas no están dispuestas a rendirse fácilmente. No obstante, la pregunta que flota en el aire es: ¿serán suficientes estas estrategias para sobrevivir en un mercado que cambia tan rápido?
Impacto en el comercio electrónico en EE.UU.
La abrupta subida de precios en Temu y Shein no es un evento aislado; es el síntoma visible de un cambio más profundo en el ecosistema del comercio electrónico estadounidense.
Para empezar, la confianza ciega en las plataformas extranjeras de ultra bajo costo ha comenzado a resquebrajarse. Muchos consumidores, especialmente aquellos que compraban semanalmente en Shein o Temu, están reconsiderando sus hábitos de consumo. Según encuestas de Omnisend y Morning Consult, cerca del 30% de los usuarios planea reducir sus compras en estas plataformas si los precios siguen aumentando.

En respuesta a este cambio de comportamiento, las marcas locales están redoblando esfuerzos. Amazon, Walmart, Target y nuevos minoristas refuerzan sus catálogos económicos, conscientes de que muchos cambiarán de proveedor por calidad y buen precio.
Pero quizás el cambio más fascinante es el auge de la moda de segunda mano. Lo que antes era una elección alternativa se está consolidando como una corriente principal. Grandes cadenas y startups lanzan reventa, cápsulas vintage y programas de intercambio que ofrecen calidad a buen precio y promueven un consumo más sostenible.
En definitiva, la guerra arancelaria encareció los productos chinos, y también impulsó el comercio local y modelos de consumo más conscientes, adaptados a la nueva realidad económica.
¿Qué futuro les espera a Temu y Shein?
El futuro de Temu y Shein en Estados Unidos pende de un hilo, pero aún no está escrito. Ambas compañías han demostrado agilidad y capacidad de adaptación en un entorno que se vuelve cada vez más desafiante.
En el corto plazo, es evidente que tendrán que renegociar su propuesta de valor. Ya no podrán competir únicamente en base a precios bajos. Deberán trabajar más en factores como la calidad del producto, la experiencia de compra, los tiempos de entrega y la atención al cliente si quieren retener a sus usuarios estadounidenses.
En el mediano y largo plazo, la diversificación geográfica será clave. La expansión en mercados emergentes como América Latina, Sudeste Asiático o incluso África se vuelve una necesidad estratégica para compensar las pérdidas que puedan sufrir en Estados Unidos.

Otra alternativa que podría salvar su modelo sería una eventual renegociación comercial entre EE.UU. y China. Aunque las tensiones siguen altas, tanto Washington como Pekín han insinuado estar abiertos a ciertas flexibilizaciones arancelarias en sectores específicos. De llegar a un acuerdo más amplio, plataformas como Temu y Shein podrían recuperar parte de su competitividad.
Por ahora, sin embargo, el mensaje es claro: el modelo basado exclusivamente en el precio más bajo está herido de muerte. Quienes se adapten rápido a esta nueva era —donde calidad, sostenibilidad y confianza pesan tanto como el precio— serán los verdaderos ganadores.
¿Hay una salida para esta guerra comercial?
Aunque el panorama actual parece sombrío, todavía existe margen para una resolución, aunque no inmediata. La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que se ha intensificado bajo la administración Trump, no solo ha tenido consecuencias económicas, sino también geopolíticas de largo alcance.
Por un lado, el gobierno de EE. UU. ha dado señales mixtas: Trump defiende los aranceles como protección industrial, pero también ha insinuado su interés en acuerdos ‘favorables’ con China, sugiriendo apertura a negociar pese a la retórica dura.

Del lado chino, la situación es igualmente compleja. Aunque Pekín respondió con aranceles del 125% a productos de EE. UU., también ha mostrado disposición a suavizar restricciones en sectores clave como equipos médicos, químicos y aeronáuticos. Estos movimientos no son gratuitos: China busca proteger sus sectores clave y evitar daños mayores a su economía en un momento de transición global.
En resumen, una salida es posible, pero dependerá de la presión política, económica y social en ambos países. Negociaciones multilaterales, acuerdos sectoriales o la creación de nuevas zonas de libre comercio podrían ofrecer caminos para bajar las tensiones. Sin embargo, cualquier acuerdo requerirá concesiones dolorosas para ambas partes.
Consumidores, empresas y mercados enfrentan una era de incertidumbre, donde las reglas del comercio ya no son tan predecibles. La guerra comercial sigue, pero no es una condena: es un campo de batalla en constante cambio.
El nuevo juego del Comercio Internacional
El aumento de precios en Temu y Shein es mucho más que un simple ajuste comercial: es el reflejo de un mundo en transformación. La eliminación del régimen de minimis, los nuevos aranceles de hasta 145% y su efecto en cadena sobre el e-commerce y millones de consumidores marcan el inicio de una nueva era.
Ya no estamos en un mundo donde la única prioridad es comprar barato y rápido. Ahora, los factores como la calidad, la procedencia de los productos, la sostenibilidad y la confianza en las marcas locales ganan protagonismo. Temu y Shein deberán reinventarse para sobrevivir, mientras que los consumidores tendrán que ajustar sus hábitos y expectativas.
El comercio global se está redefiniendo a pasos acelerados. Aquellos que comprendan estos cambios y se adapten de forma proactiva estarán mejor posicionados para aprovechar las nuevas oportunidades que surgirán. El precio ya no es el único rey; en este nuevo juego, el valor, la ética y la resiliencia son igual de importantes.
Así que, mientras las luces se apagan en algunas fábricas de China y se encienden nuevos focos en mercados alternativos, una pregunta queda sobre la mesa:
¿Estás listo para el nuevo juego del comercio internacional?